Es por eso que hoy el principal “enemigo” del Gobierno (en los términos que le gusta usar), se encuentra en su interior. Sus contradicciones, sus mezquindades, sus debilidades son las que hoy se proyectan como riesgo para el país, pues en 10 años, en lugar de fortalecer a la sociedad civil, sus organizaciones y los movimientos sociales, en su afán hegemónico las ha cooptado, dividido y perseguido, sin ser capaz de generar liderazgos alternativos propios (Chacon, Un proyecto alternativo al actual).
En una situación hegemónica y unipolar como la que beneficia al MAS, parece claro que la oposición está lejos de ser el "enemigo interno”. Mucho más creíble resulta asumir que semejante "enemigo” se cobija al interior de sus propias filas. De hecho, todos los casos que terminaron dañando gravemente la imagen del gobierno y de sus autoridades nacieron de sus entrañas. Tan curiosos extravíos suelen suceder en la historia cuando los poderosos dan por seguro que son intocables e infalibles y, de pronto, resulta que los golpes más dolorosos los recibimos de los parientes más próximos (Abruzzese, El enemigo interno).