El escenario que descuentan los sabihondos es que Temer gobernará hasta
2018 y que tomará medidas correctivas impopulares porque entiende que no puede
ser candidato en las próximas elecciones. Acepta que su paso por la historia es
de muy corta duración. (…) es más imperiosa la necesidad de que Temer ponga un
poco de orden que la de pasarle factura (Vargas, Brasil:
tiempos de temer).
Meirelles envió un mensaje de que no entiende esa realidad cuando señaló
el viernes que “preferentemente, no deberían haber alzas de impuestos, pero la
prioridad es equilibrar las finanzas públicas”. Un contacto en São Paulo
suspiró y melancólicamente indicó: “Estábamos tan felices ayer”. Las lunas de
miel no duran mucho, pero esta podría ser más corta que el promedio (O'Grady, La
oportunidad de Brasil para salvarse a sí mismo).