Una vez, un estudiante se acercó a Rumi y le preguntó: "¿Cómo debo lidiar con el dolor y el sufrimiento en la vida?"
Rumi, en su sabiduría, decidió compartir una historia:
"Había un hombre que buscó la sabiduría de un gran sabio, con la esperanza de encontrar una manera de escapar de su sufrimiento. El sabio miró al hombre y le dijo: 'Te ayudaré, pero primero debes hacer algo por mí. Toma Toma esta cuchara, llénala de aceite y camina por el pueblo sin derramar una gota.
"El hombre pensó que esta tarea era bastante sencilla y estuvo de acuerdo. Tomó la cuchara, la llenó de aceite y comenzó a caminar por el pueblo. Mientras equilibraba cuidadosamente la cuchara, no pudo evitar concentrar toda su atención en no derramar cualquier aceite.
"Cuando regresó con el sabio, el sabio le preguntó: '¿Viste las hermosas flores en la plaza del pueblo? ¿Notaste a los niños jugando y las risas de las familias?' El hombre se dio cuenta de que había estado tan obsesionado con la cuchara que no había notado nada más.
"El sabio entonces dijo: 'Esta es la clave para lidiar con el dolor. Así como estabas tan concentrado en la cuchara que te perdiste la belleza que te rodeaba, cuando estás consumido por tu sufrimiento, te pierdes la belleza de la vida. El dolor es como la cuchara, y la vida es como la ciudad. No dejes que el dolor consuma toda tu atención. Recuerda mirar a tu alrededor y apreciar la belleza que aún existe.'"
El estudiante entendió el mensaje del sabio: si bien el dolor y el sufrimiento son parte de la vida, es fundamental no permitir que eclipsen la belleza y la alegría que se pueden encontrar en cada momento. Esta historia sirve como recordatorio de que incluso frente al dolor, existe la oportunidad de encontrar significado y belleza en la vida.
--Rumi