Tenemos alrededor de unos 200 billones con "B", 200 millones de millones de conexiones en el cerebro. Cualquier cosa que aprendemos altera algunas de estas. Y es en este patrón de conexiones, esta neurona que se conecta con la otra y con la siguiente, y ésta con la otra y con la otra, es en este patrón donde almacenamos la memoria. Por lo tanto, aprender es cambiar nuestro cerebro. Hola, como estás? Es un placer estar aquí con todos vosotros para pasar un rato hablando de educación y neurociencia. Más o menos ya me conocéis, por eso está aquí, pero me llamo David Bueno, soy profesor en la Universidad de Barcelona, al Departamento de Genética. Y siempre he estado trabajando en la relación entre genética y cerebro. Como nuestros genes hacen que el cerebro acabe siendo como es. Y esto implica trabajar en neurociencia. Neurociencia es comportamiento, comportamiento es aprendizaje, o aprender forma parte de nuestro comportamiento. Y es aquí cuando empecé a meterme hace 10 o 12 años en el tema de la neuroeducació, de cómo nuestro cerebro aprende, como podemos sacar provecho del funcionamiento del cerebro. Y es lo que quería hablar hoy también con vosotros. Pero establecemos un diálogo, vamos hablando todos. Hola, David, soy el Chema. Soy maestro de educación primaria, especialista en Educación Física. Mi pregunta va relacionada con ello. ¿Qué opinión tienes tú, como experto, en este sistema educativo que tendemos a hacer en el que cada vez las artes, la plástica, la educación física, la música, van teniendo menos importancia en la educación de nuestros pequeños, como crees que afecta o tiene una importancia en el desarrollo neurocognitivo de nuestros alumnos? Lo puedo resumir en una sola palabra. Horrible. Es horrible limitar las horas de Plástica, Música y Educación Física. Porque precisamente son los aprendizajes más transversales que hay. En primaria, también en secundaria, pero especialmente en primaria el resto de asignaturas deberían construir encima de la Música, la Plástica y la Educación Física. La Educación Física, por ejemplo, exige coordinación de movimientos. Exige aprender a secuenciar los movimientos. Cuando tú haces cualquier actividad física ... Si estás lanzando pelotas a una cesta, si primero tiras el balón y luego haces así, el balón nunca llegará a la cesta. Tienes que secuenciar los movimientos. Pues la parte del cerebro que aprende a secuenciar es exactamente la misma que luego nos permite secuenciar cualquier actividad de nuestra vida. Saber que primero tenemos que hacer algo y luego otra, que al revés no funciona. Por lo tanto, a través del ejercicio físico estamos entrenando partes del cerebro que serán cruciales para leer, para sumar, para cualquier otra actividad intelectual. No sólo eso, el ejercicio físico hace que las neuronas de nuestro cerebro puedan establecer más fácilmente conexiones entre ellas. Es un sistema químico. Se descubrió hace dos o tres años, no más. Pero hacer ejercicio posibilita después poder aprender cualquier otra cosa con mucha más facilidad que si no se ha hecho ejercicio físico. Lo mismo podría decirse con la música. La música es una gimnasia cerebral. Es de las pocas actividades que activan todo el cerebro simultáneamente. Más que resolver una multiplicación. No, la música. Debería haber música en todos los niveles. No sólo escuchar música, sino tocar música. Un instrumento o lo que sea. Y lo mismo con la plástica. Tanto la música como la plástica apelan directamente a las emociones de la persona. Y las emociones, ya irá saliendo después, son cruciales para aprender cualquier cosa. Por lo tanto, debería ser al revés, montar el currículo en base a esto y añadir después el resto. Hola, mi nombre Marta, estudio Magisterio. Mi pregunta va en relación a esto que has dicho. Dices que la Educación Física activa muchas partes de nuestro cerebro. Pero como aprende realmente nuestro cerebro? Como aprendemos? Estas es una de las cosas que poca gente sabe también. La neurociencia es una gran desconocida aún porque sólo hace 15 o 20 años que se está trabajando a nivel profundo con el cerebro humano. Cualquier cosa que nosotros aprendemos, el cerebro lo guarda en un patrón de conexiones determinado. Me explico mejor. Nuestro cerebro está formado por células, por neuronas. Tenemos, aproximadamente, unos 85 000 millones de neuronas al cerebro. Pero el número no es importante. Necesitamos un mínimo para funcionar como seres humanos. Pero no viene de 5000 ni de 10 000 millones más o menos. No es más listo, ni menos listo, ni más creativo, ni menos creativo. Lo que importa para el cerebro son las conexiones que hacen estas neuronas entre ellas. Tenemos alrededor de unos 200 billones con "B", 200 millones de millones de conexiones en el cerebro. Cualquier cosa que aprendemos altera algunas de estas conexiones y es en este patrón de conexiones, esta neurona que se conecta con la otra y con la siguiente y ésta con la otra y con la otra, es en este patrón donde almacenamos la memoria. Por lo tanto, aprender es cambiar nuestro cerebro. Cambiarlo físicamente, porque hacemos conexiones nuevas. Esto es aprender. No sólo eso. Cuanto más conexiones haya en un aprendizaje, mejor lo recordamos y con más eficiencia lo podemos utilizar. Y cuanto más zonas del cerebro conecte cualquier aprendizaje, también mejor recordamos y con más eficiencia lo podemos utilizar. Lo que quiere decir que para aprender bien un aprendizaje debe ser transversal y contextualizado, puesto en un contexto. Un contexto implica muchos elementos más. Esto es lo que quiere el cerebro, lo que prefiere, para aprender cualquier cosa. Ya sean conceptos, ya sean actitudes, ya sean aptitudes. Es igual. El cerebro las distingue un poco, algunas las automatiza. Las aptitudes acaban automatizadas y los conceptos no. Pero a nivel de conexiones, el aprendizaje es eso. Hacer conexiones nuevas. Referente a lo que has dicho de la forma de aprendizaje, lo que creamos son patrones, cuando aprendemos algo. Si este patrón ... Aprendemos al día siguiente otra cosa sobre esta misma cosa, este patrón se destruye, se modifica, y se guarda patrón tras patrón? Cuando nosotros aprendemos algo sobre la que ya sabíamos algo, el patrón que se genera no es completamente nuevo. El cerebro tiene un sistema para detectar que ya tiene conexiones relacionadas con ello. Lo que hace es activar estas conexiones y suma los nuevos aprendizajes al patrón que ya tenía. La amplia, el refina, lo perfila. Esta es la forma que tenemos de construir conocimiento, construir aprendizajes de algo sobre la siguiente, la siguiente y la siguiente. Es muy útil porque nos permite relacionar aspectos muy diferentes. Pero tiene un pequeño peligro. Y es que si aprendemos algo de forma incorrecta cualquier aprendizaje posterior sobre el mismo tema se basará en un aprendizaje incorrecto, que se mantendrá allí. Aprender es fácil, el cerebro busca aprender. Está programado para aprender. Pero le cuesta muchísimo desaprender. Desaprender es muy complejo por el cerebro. Está programado para hacer conexiones nuevas pero, salvo en un momento muy concreto de la vida que es la adolescencia ... Es otro mundo, ya hablaremos. Excepto en este instante, le cuesta mucho deshacer las conexiones que ya ha hecho. Considera que si en un momento dado ha hecho una conexión es porque era interesante. Por qué borrarla después? Y la guardamos siempre. La guardamos siempre, aunque sea incorrecto. Esto no quiere decir que no podamos modificar aprendizajes incorrectos. A través de repetir muchas veces el mismo aprendizaje de forma correcta al final acabamos teniendo más conexiones correctas que incorrectos. Pero las incorrectas siguen ahí. Y en algún momento dado pueden aparecer sin que nos lo esperamos. Yo soy Clara, me dedico a la gamificación. Más o menos, todo ello entra en este bloque. Entonces, tenía curiosidad. Normalmente, la gente diferencia mucho en el tema de aprender conocimientos o aprender competencias, en educación. Quizás nos hemos centrado mucho en el tema del conocimiento y ahora intentamos centrarnos en las competencias. Pero por lo que comentas, el cerebro aprende competencias, no? El cerebro es dinámico, no es estático. Está constantemente en flujo, pasando información de un lugar a otro. Esta información puede ser conocimientos, conceptos ... Pero, sobre todo, son actitudes y aptitudes. Son las competencias. Saber algo porque sí al cerebro no le importa lo más mínimo. Por lo tanto, tiende a no retenerlo o no retenerlo bien. Lo que le interesa es que hace con este conocimiento. Esto forma parte de competencias o de procedimientos. Aprender uno sin el otro, no sirve absolutamente para nada. El cerebro busca mezclar las dos cosas. Y si tiene que elegir, elige antes las competencias que los conceptos por sí mismos. Y tú que te dedicas a la gamificación, la forma natural instintiva ... Aprender es un instinto. Tú dejas a un niño solo y aprende. Aprende lo que encuentra a su alcance, pero aprende. La forma instintiva que tenemos que aprender, como especie, es a través del juego. De ahí la gran importancia de la gamificación. El juego es ensayo, el juego es error, el juego es perfeccionamiento, el juego es interacción con el entorno y, muy especialmente, con las otras personas. El juego es posibilidad de equivocarte sin que pase nada. Y aquí está la gran importancia del juego como herramienta educativa. De hecho, la educación en los centros escolares debería ser vivida como un juego. Un juego no significa estar siempre divertidos, siempre riendo. Un juego significa poder ensayar, poder practicar, poderte equivocarse libremente sabiendo que después lo harás mejor y vas a rectificar lo que no funciona. Sin motivación no hay aprendizaje. Y el juego motiva. El hecho de encontrarte ante un reto, por el cerebro es un juego: "Tengo que superar el reto". Ponemos retos a los alumnos, que tengan que decidir. Un juego es decisión. Cuando jugamos a las cartas, tengo que decidir si cambio la carta o la conservo a ver si la mano me sale mejor. Esto es juego por el cerebro, dejar que ellos construyan su propio aprendizaje, que es lo que hace una niña o un niño cuando juegan solos. Deciden qué están haciendo. Hola, David. Esto de ser más o menos inteligente, crees que viene de serie o que se puede entrenar? Un poco de cada. Cualquier capacidad mental tiene una parte que viene de serie, de nuestra biología, y una parte que se trabaja a través de la educación. Nuestro cerebro, como cualquier parte de nuestro cuerpo, se forma porque hay unos programas genéticos. Ahora sale el genetista que hay en mí. Hay unos programas genéticos que le dicen cómo debe formarse y como debe funcionar. Tenemos, como especie, cada uno de nosotros tenemos alrededor de unos 20 000 genes. Y de estos 20 000, hay unos 8.000 que, en un momento u otro, funcionan en nuestro cerebro. Todos tenemos estos genes, compartimos los mismos 8.000 genes. Pero tenemos diferentes variantes por estos genes. Esto queda mucho más claro con los grupos sanguíneos. Todos tenemos un gen que dice que debemos tener un grupo sanguíneo. Pero según qué variante, nuestro grupo es el A, el B o el 0. O el AB. El AB es que tenemos una variante A y una variante B. Tenemos tres variantes en ese gen. Bueno, en estos 8.000 genes que funcionan en el cerebro algunos llegan a tener hasta 50 y 100 variantes diferentes, que conozcamos. Pueden tener muchas más que no conocemos todavía. No introducen grandes diferencias pero sí pequeñas sutilezas en la manera de funcionar. Esto hace que ya de serie, de software básico genético, haya personas con más capacidad de memoria y otros con menos. Personas más creativas y otras algo menos. Personas un poco más inteligentes y otros un poco menos. Personas con más aptitudes musicales y otros un poco menos. Y podría estar aquí hablando durante horas sobre capacidades mentales. Esto es importante? Bueno, es un patrón básico. Es como un escultor que tiene su arcilla para hacer lo que sea. Si tiene más, hará una escultura más grande. Si tiene menos, la hará más pequeña. Pero la educación es la habilidad para modelar esta arcilla. Puedes tener poca arcilla y hacer una escultura preciosa, y tener mucha y que te salga un churro. De acuerdo? Esto me gusta mucho ... Este es el papel de la educación. Tenemos una materia biológica, sacamos provecho de ello. A mi me gusta ejemplificarlo con la papiroflexia. Con hacer, por ejemplo, un avión de papel. No sé si tiene por ahí papeles y os lo demuestro. En tenéis? De acuerdo, pues mira, te dan a cada uno un trozo de papel. Yo tengo mi, de acuerdo? Todos tiene su trozo. Pues os enseñaré una de las muchas maneras de hacer un avión. Es lo único que sé hacer con papiroflexia. Pero bueno, a ver, tome su hoja y doblar una punta hacia atrás. Todos teníais la hoja rectangular? No? Mira, como los genes. Cada uno tiene sus propios genes, cada uno tiene su hoja. Bueno, ahora dobla la otra punta, la que ha quedado aquí arriba. La doblar. No sé cómo enseñar muy bien para que se vea. Pero la dobla hacia abajo de manera que quede como una caseta. Ahora a mí me gusta la punta de la caseta, del techo, doblarla hacia atrás. Que quede un avión de punta roma. Esto hace contrapeso y permite que vuela un poco mejor. De acuerdo? Lo dobla por la mitad para que vaya cogiendo forma de avión. De acuerdo? Sí? Más o menos? Hacemos las alas. Ya no sé cómo enseñarlo ... A ver, levante una parte hacia atrás. Bien, hacia atrás o hacia abajo, depende de cómo se mire. Y con ello, salen las alas. Sí? Cualquier avión tiene cola y alerones. Si cortar un poco la parte trasera del avión y la levante hacia arriba, saldrá la cola. Y si un par de cortes en el ala por la parte trasera, y lo suba, tiene los alerones. De acuerdo? Os ha salido a todos más o menos así? A ti te falta un trozo de ala. Claro, si ahora probamos si quieren bien o no, lo podemos probar, seguro que hay aviones que vuelan mejor que otros. Para que todos lo habéis doblado ... Tu es el más feo, con perdón, de avión. Tu seguro que no vuela. ¿Cuál es el problema? El problema es que todos habéis seguido las instrucciones al pie de la letra, cuando resulta que tenía diferentes formas de papel. Si esto lo comparamos con el cerebro y la educación, cada cerebro es diferente. La educación lo que hace es sacar provecho de este cerebro doblándolo. No lo dobla físicamente, pero sí hace conexiones físicas para que funcione de la mejor manera posible. Si a todos el educamos igual, pasará eso. Habrá personas a las que les funcionará muy bien la educación porque se adaptará a su cerebro, y otras a las que no les funcionará nada bien. La educación debe ser tan personalizada como sea posible para sacar el máximo provecho. Si los que te falta un trozo de avión hubiera hecho primero un dobladillo para que quedara un rectángulo, a partir de este rectángulo, sería un poco más pequeño, pero hubiera salido exactamente un avión que volaría bien, de acuerdo? El mensaje yo creo que es este. Respondiendo de nuevo a la pregunta, tenemos una biología ineludible. Lo hemos heredado de nuestros padres y no podemos hacer nada con ella. Que importa pero que se puede, a través de la educación, sacar siempre el máximo provecho. De modo que una persona con menos predisposición a la memoria, si trabajamos bien, quizá acabará teniendo más memoria que una persona con más predisposición pero que no se haya trabajado bien. Pues si os parece podemos probar si quieren. Lo hacemos todos al mismo tiempo, de acuerdo? Cuento hasta tres. Una, dos y tres. Bien. Me ha encantado el ejemplo, creo que ha sido muy gráfico entender cómo cada cerebro es único a pesar de la partida que nos dan nuestros padres y madres. Pero el mensaje significativo de esto, en el fondo, de cara a los maestros, es que se han acabado las etiquetas. Los alumnos no son ni listos ni tontos, ni se les dan bien unas cosas ni se les dan bien de otros. ¿Cómo podemos combatir este mensaje de las aulas, tan centradas en ... si no se te da bien la lengua, que se te den bien las matas, y, si no, viceversa, y entender esta diversidad de cerebros que hay dentro del aula y que cada cerebro es único? ¿Cómo hemos de enfocar los maestros esta parte de la diferencia de estas capacidades en el aula? No es sencillo. No es sencillo eliminar las etiquetas. No porque no puedan y no se tengan que eliminar. Es porque, socialmente, estamos acostumbrados a etiquetarlo todo. Cómo hacerlo? Pues dando ... ... a ver si se me entiende ... ... poca importancia a las cosas que no salen bien. Las cosas que no salen bien son importantes porque permiten mejorar. Es dando una visión positiva. A aquel alumno que no se le dan bien las mates, la visión que él tiene que tener, y por lo tanto es la visión que tendrán sus compañeros y que deben tener sus padres, no es que no se le dan bien, es que puede mejorar. Todo el mundo es bueno porque todo el mundo puede mejorar. La etiqueta que deberíamos poner, empezando por nosotros mismos, y por tanto llevarlo a nuestros alumnos, la etiqueta es: somos personas que pueden mejorar. Hola, soy Javi, maestro de primaria. Mi pregunta está relacionada con las leyendas urbanas. ¿Cuáles son los mitos más populares relacionados con el cerebro? Y qué tienen de cierto, si es que hay algo de cierto? Hay muchos mitos. De hecho, el cerebro ha sido el gran desconocido. Seguimos sin saber muchas cosas de él, pero ya hay algunas que empezamos a saber. Uno de los mitos más extendidos es el del 10%. Sólo usamos el 10% de nuestro cerebro. No, lo usamos todo. Este mito surgió en el siglo XIX, cuando no se sabía para qué servían muchas partes del cerebro. Y después se le atribuyó a Einstein, como si por el hecho de que lo hubiera dicho Einstein, como era tan listo, tenía razón. No, el mito es muy anterior. Para empezar, usamos todo el cerebro. Lo que pasa es que no lo usamos todo simultáneamente. En cada momento usamos la parte del cerebro que necesitamos para hacer esta tarea. Cuando estamos hablando, utilizamos unas zonas diferentes cuando estamos tocando un instrumento musical o cuando estamos manipulando algo con las manos. Si juntamos todas las actividades que hacemos en nuestra vida o en nuestro día, estamos utilizando el 100% de nuestro cerebro. Otro de los mitos que hay es el de las inteligencias múltiples. Y ese es un mito que desmitificaré para volverlo a mitificar. A ver, cuando salió la hipótesis de las inteligencias múltiples fue muy útil, porque hasta ese momento se consideraba la inteligencia como una sola cosa, muy centrada en lógica-matemática, en lingüística ... Y en poquita cosa más. Aiixò de las inteligencias múltiples lo que dijo es: "No, hay muchos más aspectos de la personalidad humana que son cruciales para el día a día y que se ven en nuestro potencial ". La parte interpersonal. La intrapersonal, la capacidad de pensar tú solo. O de analizar tus pensamientos, tus propios procesos mentales. La inteligencia naturalista. Te permite relacionarte con el entorno. La inteligencia físico-cinestésica, poder moverte, poder realizar una serie de ejercicios. Incluso después se añadió la inteligencia espiritual, que no tiene nada que ver con la religión. Es la capacidad de sentirte integrado en tu colectivo. Entre otros. Fue muy importante para esto, porque rompió con el tabú de la inteligencia como dos aspectos y nada más. Pero el cerebro no funciona de esta forma. Funciona como un todo integrado, la inteligencia es una. Lo que pasa es que se nutre de muchos aspectos diferentes. Es imposible explicar matemáticas sólo apelando en las partes lógico-matemáticas de nuestro cerebro. Cuando explicamos matemáticas lo hacemos con el lenguaje. Estamos utilizando la parte lingüística. Lo hacemos hablando entre nosotros. Es la parte interpersonal. Sí, pero haya o no inteligencias múltiples, va bien tener en cuenta todo esto a la hora de programar actividades para nuestros alumnos. Precisamente, es a lo que iba. Desmitificar las inteligencias múltiples, pero sigue siendo muy útil pensar en estos términos, sabiendo que el cerebro no funciona así, cuando planificamos ejercicios, cuando planificamos cualquier actividad con nuestros alumnos. Si incluimos muchas de estas partes, el aprendizaje es más transversal, más contextualizado, y el cerebro lo asimila mucho mejor, lo puede utilizar con más eficiencia. Cuando es un mito que, siendo un mito, como recurso sigue siendo muy útil. Hay otros. Podríamos estar hablando horas sobre mitos. Sólo n'apuntaré otro. El mito que dice que si los niños o las niñas escuchan la música de un cierto músico, serán más inteligentes. Pues no. Escuchar música o tocar un instrumento, hacer música, es una gimnasia brutal por el cerebro, ya lo he dicho antes. Pero es igual de qué músico sea, lo importante es la música. Has dicho que el cerebro, inicialmente, actúa, por un lado, la función ejecutiva, corrígeme si me equivoco, del cerebro tampoco controlo. La función ejecutiva, haces algo, pero está funcionando sólo esa parte del cerebro. Es decir, el cerebro no es "multitasking". Pero tú, cuando haces algo, lo conectas con la parte emocional. Aunque sea un acto mecánico, es porque tú lo has aprendido así en unas circunstancias emocionales determinadas. Entonces, sí estás conectando diferentes partes del cerebro. Sí, siempre conectas. Es imposible tener sólo una parte del cerebro conectada. Hagas lo que hagas, el cerebro se nutre de muchas cosas diferentes. Entonces, podríamos decir que el cerebro es "multitasking", no? Hace varias tareas al mismo tiempo implicando a diferentes zonas. No es que haga muchas tareas al mismo tiempo. Es que utiliza muchas zonas para realizar una tarea. Y cada zona está especializada en un aspecto diferente. De hecho, el "multitasking" ... A ver, funciona y no funciona. Tenemos diferentes tipos de memoria. La memoria sensorial nos permite captar cosas del entorno. Esta memoria dura menos de un segundo y se olvida. La memoria a corto plazo nos permite hacer "multitasking". Pero no permite gestionar más de cinco o seis cosas simultáneamente. Que ya son muchas, eh? Esto es lo máximo, mucha gente no llegamos ni a eso. Pero este "multitasking" no dura más de 20 segundos. Por lo tanto, es un "multitasking" a muy corto plazo. De acuerdo? La memoria a largo plazo no es "multitasking". Está centrada en una cosa y luego pasa a otra. Lo que pasa es que la de corto plazo puede estar sacando información ahora por eso, ahora por aquello. Lo que sí es importante, que has mencionado, son las emociones. Las emociones son cruciales en cualquier aprendizaje. De hecho, sin emociones el cerebro no recuerda nada, porque no se lo importa. Al cerebro le importan las emociones, el resto es accesoria a las emociones. Las emociones son patrones de conducta preconscientes. Se generan sin que seamos conscientes de que se están generando, y hasta que no se manifiestan no hacemos consciente, no somos conscientes de esta emoción. Son patrones de reacción rápida. El miedo es una emoción, la alegría es una emoción, el asco es una emoción. Nos permiten reaccionar sin pensar, porque son preconscientes, ante una situación que puede ser una amenaza o una oportunidad para sacar provecho antes que otro. De acuerdo? Y eso es lo que el cerebro valora, la inmediatez que le permite sobrevivir. Sin emociones, nadie sobreviviría. Las emociones se generan en una parte profunda del cerebro muy primitiva que se llaman amígdalas. Pero no son las del cuello. Si a alguien le han extirpado las amígdalas, sigue teniendo emociones. Es una palabra polisémica, significa varias cosas. Como las emociones son cruciales para sobrevivir, cualquier aprendizaje que lleve emociones asociadas, el cerebro lo interpreta como: "es importante para sobrevivir. Tengo que recordarlo bien por si vuelve a pasar algo parecido, saber qué tengo que hacer ". Por eso el cerebro almacena muy bien cualquier aprendizaje que lleve emociones. Y el resto, como no es importante para sobrevivir, por qué gastar neuronas recordándolo? Hola, soy Carmela. Soy profesora de educación infantil y especialista en educación emocional. Y por ahí va mi pregunta. En tu libro he visto que defensas las emociones positivas como una parte importante en la enseñanza y la educación. ¿Qué opinas de dicha "la letra con sangre entra"? Funciona? Pues, la verdad, diré algo políticamente incorrecta, pero luego la desharé. -Fenomenal. La letra, con sangre puede entrar. Pero es un riesgo, es un peligro, es una mala construcción de la personalidad de cualquier individuo. Antes decía que las emociones son cruciales para los aprendizajes. Pero es un arma de doble filo. El miedo es una emoción. Se puede aprender a través del miedo? La letra, con sangre entra? La respuesta es que sí, siempre que no sea un miedo excesivo que paraliza. Un miedo sutil, miedo de suspender, miedo al castigo, miedo a que los Reyes Magos no me lleven lo que he pedido y que me hace tanta ilusión. Y esto, que es una emoción, hace que esta persona pueda integrar conocimientos. Sucede que a medio y largo plazo, el resultado es nefasto. Por lo tanto, nunca se ha de educar a través del miedo. Es nefasto porque el cerebro asocia con mucha facilidad aprender a miedo. Y por esa persona, el aprendizaje pasa a ser algo que da miedo, que da miedo. Cuando a esta persona ya nadie le obliga a aprender nada, cuando acabas tus estudios, son personas que no querrán aprender cosas nuevas en su vida porque, automáticamente, inconscientemente, asocian aprender a miedo. Pero esto es imposible, cada día aprendemos cosas nuevas. Sólo con levantarnos, hablar con un compañero, estar con los alumnos, leer la prensa, leer un libro ... Cada día aprendemos cosas nuevas. Por lo tanto, serán personas con menos calidad de vida porque vivirán su día a día con cierto temor. El de: "¿Qué cambiará hoy?". Aparte, serán personas que no querrán ser transformadoras de su entorno. Yo creo que una parte muy importante de la educación es formar personas que sean transformadoras. Que se integren a la sociedad, que respeten a toda la sociedad, pero que si algo no les gusta, se sientan capaces de transformarlo por las vías adecuadas de cualquier transformación. Pero claro, transformar significa innovar, significa cambiar, significa aprender cosas nuevas. Por lo tanto, serán personas que no serán transformadoras. En cambio, ¿qué emociones son las que no sólo ayudan a aprender, sino que, además, generan personas que a medio y largo plazo sí querrán ser transformadoras, no les dará miedo el cambio, la innovación, el aprender a aprender, eso que está tan de moda? Pues una es la alegría. La alegría es una emoción que se transmite socialmente. El miedo es individual: "Yo tengo miedo, los demás no lo sé". La alegría la manifestamos para ser transmitida socialmente. No es risa. La alegría es esta cara con una boca relajada, los ojos un poco más abiertos de lo habitual, sin tensión, que transmite a los demás: "No hay nada que temer. Yo no represento ningún peligro para vosotros. Vosotros no representa ningún peligro para mí. Por lo tanto, podemos confiar los unos en los otros. Podemos crecer conjuntamente ". Aprender a través de la alegría significa aprender con confianza. Y aquí está la gracia de la alegría. Y hay otra emoción tan importante como la alegría por los aprendizajes y es la sorpresa. Las amígdalas de las que hablaba antes son las que detectan si una situación es una amenaza. Miedo, ira para defendernos. O es una oportunidad. Pero qué pasa si la situación no sabemos cómo interpretarla? Se activa la emoción de sorpresa. La sorpresa es: "no sé qué es". La sorpresa tiene muchas ventajas. La primera es que para responder a la sorpresa se activa otra zona del cerebro al lado de las amígdalas, que se llama tálamo, el centro de la atención. La sorpresa incrementa la atención. ¿Por qué? Porque si no sabemos qué es, hay que estar atentos para ver qué es. Y sin atención no hay aprendizaje o es mucho menor. Pero no sólo eso. El tálamo, esta estructura del cerebro, no sólo forma parte del sistema de atención, sino de otro sistema más amplio, junto con otras zonas, que es el sistema de la motivación. Y la motivación es crucial en cualquier aprendizaje. Sin motivación tampoco hay aprendizaje posible, o es mucho menor. La motivación necesita también su pequeño apunte. La motivación no es más que un aporte extra de energía al cerebro en forma de glucosa, que es el único que come el cerebro. Y oxígeno, para poder quemar la glucosa para generar energía. Pues la motivación es un aporte extra de glucosa y oxígeno que permiten al cerebro funcionar con más eficiencia y durante más tiempo. Por eso alguien motivado puede trabajar mucho tiempo y no cansarse. Al final le viene todo el cansancio de golpe. Claro, ha consumido mucha energía y su cuerpo le hará saber que ahora toca descansar un rato. Pero una persona sin motivación está cansada antes de empezar. ¿Por qué? Porque no tiene energía ni siquiera para empezar a hacer nada. He aquí la importancia de la sorpresa, atención, motivación. Y otro aspecto más: la motivación es placentero. Como hay más energía, el cerebro funciona holgadamente y eso nos genera placer, sentimiento de recompensa. Lo que hace que todo lo que aprendas en este circuito el cerebro lo valore como algo positivo. Una recompensa, algo que da placer. Estas son las dos emociones clave para el aprendizaje: Alegría, confianza y sorpresa, atención, motivación, placer y recompensa. Hola, soy la Gladys y soy madre de tres niños adolescentes. Y yo, a veces, no los entiendo. No nos comunicamos bien. Parece que hablan otro idioma distinto al mío. Cómo funciona el cerebro de un adolescente? Mira, te comprendo muy bien. Yo soy padre de dos niños adolescentes. Y tampoco los entiendo muchas veces. Te cuento. La adolescencia es una época de cambio brutal, radical. Y los que menos entienden son los adolescentes a ellos mismos. Nosotros no los entendemos, nos cuesta, pero a ellos les cuesta aún más entenderse. Es una época de cambio radical. Pasan de ser niños y depender de sus padres para todo a ser jóvenes, adultos, que harán la vida por su propia cuenta. Esto es un proceso de maduración impresionante, por el cerebro. Pasan muchas cosas aquí. Pasa, por ejemplo, que se eliminan conexiones neuronales. Antes, cuando hablaba de que es muy fácil hacer conexiones y muy difícil por el cerebro deshacerlas, hay una excepción: la adolescencia. Es una época en la que se produce lo que se llama "podado neuronal". Como un árbol en el que podas las ramas que sobran. Pues el cerebro analiza todas las conexiones que no usa, y las elimina. Para qué tenerlas si no las utilizo? Cuando es una época importante para que trabajen con el cerebro para que las mantengan, cuanto más mejor. De acuerdo? Pero el cerebro lleva a esto. Este podado significa que a veces algunas actitudes que tenían de niños, de pronto desaparecen. Y hasta que no aparece la nueva conexión ... La construyen, no? Hasta que no construyen una nueva conexión parecen estar desorientados. No lo parece, están desorientados. Pero es que no existe la conexión, no la encuentran porque no existe. Deben hacerla de nuevo. Es la época en la que madura la capacidad de raciocinio, madura el control emocional. Claro, y alguien dirá: "Control emocional y adolescentes como no casan mucho". No, el descontrol emocional que muestran señala, indica, que están madurando emocionalmente. Como madura el cerebro? Por ensayo y error. Ante cualquier circunstancia, ensayan una respuesta emocional. Que funciona, que es bien valorada por su entorno, por los adultos? Esto queda implantado en el cerebro. Al cabo de un día, de cinco minutos, otra circunstancia. Otro ensayo emocional, quizá fallido. Hacen una auténtica chiquillada y todos: "Pero si parecía que estaba madurando, ahora por qué hace esto?". Porque le toca hacerlo, porque está ensayando. Lo que importa no es el descontrol emocional. Lo que importa es que, a medida que pasen los años, cada vez haya menos descontrol y se vaya ciñendo a los comportamientos adultos. Esto es lo que indica que están madurando. Aquí también hay un riesgo. Ellos perciben que maduran bien por su interacción con el entorno. Que son los padres, son los maestros, y son sus compañeros. Esto significa que si sus compañeros valoran bien una respuesta emocional que en los adultos no funcionará, puede quedarles implantada. Aquí viene la gran labor del profesor como líder de su aula. El profesor es el líder de su aula y debe ser el ejemplo. Pues la gran tarea del profesor es evitar reforzar comportamientos emocionales que no son provechosos para ellos. Y luego, el otro aspecto que madura en la adolescencia, que también es muy importante en términos educativos, es lo que se llama "la capacidad de retrasar las recompensas". A un niño o una niña de seis o siete años no le puedes decir: "Si acabas eso ahora, mañana iremos al parque que te gusta". "Mañana". Mañana para ella o para él no significa nada. La recompensa debe ser inmediata. Esta capacidad madura durante la adolescencia. Y, de hecho, no acaba de madurar del todo, de media, hasta los 34 años. Por eso los jóvenes necesitan más inmediatez que los que ya hemos superado esa edad, que podemos esperar un poquito más. O mucho más. Esto se nota mucho, por ejemplo, en los adolescentes, en el bachillerato. Cuando empiezan primero de bachillerato en todos los institutos se les dice: "La nota que saquéis el primer trimestre pensáis que os contará para la selectividad. Y según la nota final puede elegir o no el estudio que más le guste ". Es un tema que conozco bien. Durante diez años, y sigo este año en activo, coordino las pruebas de Biología de selectividad en Cataluña. Unas pruebas que hemos hecho, precisamente, contextualizadas y transversales para aprovechar el potencial del cerebro. A todos se les dice eso, y racionalmente lo entienden todos. Muchos no lo pueden aplicar. ¿Prescindir ahora de media hora de ir a jugar con los amigos para estudiar más y sacar dos décimas más? -No les importa, exacto, sí .. -No les importa. Y luego les vendrá de dos décimas. Algunos maduran cuando terminan primero y segundo se ponen las pilas. Otros terminan segundo y no han madurado todavía. Bueno, hay mucha heterogeneidad. Cada cerebro madura a un ritmo ligeramente diferente. Y eso, a veces, los adultos nos cuesta entenderlo. Claro, como adulto yo pensaría: "Pues ahora sacrifico dos horas para terminar este trabajo y así mañana podré todo el día irme a la montaña ". Y hay algunos adolescentes, al principio de la adolescencia, que son incapaces. ¿Sacrificar todo un día de irse a jugar con los amigos para trabajar dos horas más hoy? Es que no pueden, mentalmente no han madurado y los adultos nos cuesta entenderlo. Hay que ponerse en su piel. Quería preguntar sobre un comentario que has hecho que me parece muy interesante, sobre la inmediatez de las recompensas. Hoy día vivimos en una sociedad en la que las tecnologías forman parte de nuestro día a día y creo que, sobre todo, en la sociedad joven en estos años, las tecnologías nos han permitido la inmediatez de muchas de estas recompensas. ¿Crees que este hecho que hoy en día vivimos puede retrasar o hacer que esta maduración de la inmediatez, que decías que hasta los treinta y pico no se completaba, crees que puede hacer que se retrase más? Influye? Posiblemente, pero no tenemos aún datos. Para que la generación digital, los que han nacido con la tableta táctil bajo el brazo, aún no han llegado a los 34 años. Entonces, no lo sabemos. Yo creo que sí se notará. Pero es una intuición, una hipótesis de trabajo. No tenemos todavía ... Lo que sí se ha visto es que el uso de tecnologías altera el cerebro, eso sí. No es bueno ni es malo. El cerebro se adapta a lo que encuentra porque funcionamos bien en nuestro entorno. Si hay tecnología, se adapta a ella porque funcionamos bien. No es bueno ni es malo, es su trabajo. Se ha visto que la generación digital tiene menos conexiones en la zona que gestiona la memoria porque externalizamos la memoria en un aparato. Es bueno o es malo? Ni es bueno ni es malo. Todos lo hacemos, los adultos también. Y, en cambio, tienen más conexiones en la zona que permite integrar más informaciones entrantes. ¿Por qué? Porque con la tecnología digital puedes tener en tu tableta 20 páginas abiertas e ir pasando de una a otra. Necesitas más capacidad de integrar. Antes, la generación analógica, cuando íbamos con libros en papel, tenías, como mucho, uno o dos. No necesitabas integrar tanta información. Eso sí que se nota el cambio, pero no es bueno ni es malo. Nos hemos adaptado. Tengo una pregunta relacionada con la tecnología. Ahora que casi todas las escuelas comienzan a implementar proyectos de tecnología, "One2One" o similar. Yo opino que se introducen a edades muy tempranas en las que el desarrollo madurativo del cerebro quizás no es el adecuado. Además, se descontextualiza mucha información. ¿Cómo afecta a largo plazo la implementación de tecnología en edades muy tempranas, los tres a seis años, en el cerebro de los alumnos? -Volvamos al mismo. Aunque no tenemos datos concluyentes. Tu intuición? Tienen que pasar años, deben llegar a adultos. Los que tenían tres años cuando se les introdujo la tecnología aún no tienen 30 o 40 años, que es cuando podremos tener el panorama completo. Lo que sí se sabe es que en las primeras edades, a las edades tempranas, lo que tienen que hacer es lo que ha hecho toda la vida. Manipular, tocar, experimentar, jugar. No virtualmente, sino con objetos reales. Antes de los tres años ... Ya sé que me preguntabas de tres a seis. Antes de los tres años no debería haber tecnología. Si lo hay, no pasa nada. Pero la mayor parte de rato que una niña o un niño de cero a tres años están jugando, en casa o en un jardín de infancia o donde sea, debe ser tocando palos, piedras, tierra. Si llueve deben mojarse, deben saber qué es el barro, deben jugar con cubos de los que se encajan, con muñecos y muñecas ... Tocar. Tocarse entre ellos, bailar ... Esto es lo que corresponde a estas edades. Y yo lo alargaría hasta un poco más de los tres años. Hasta los tres seguro, yo creo que un poco más. De acuerdo? Introducir la tecnología a partir de los tres años no es malo, siempre que sean dosis puntuales y restringidas. Tendrán tecnología resto de su vida. Por lo tanto, que tengan un primer contacto a esta edad me parece bien. Pero no todos los días. Si no, se convierte en: "Esperamos el tiempo de la tecnología como la máxima diversión". Sino como un apoyo más para algunas tareas puntuales donde pueda ser útil. Mi sensación es que descontextualiza el aprendizaje. Aprender la planta a través de una "tablet", es como que te pierdes a que huelen las plantas, a que saben o un montón de información que le puedes dar al cerebro que si sólo le das por un canal, estás perdiendo una oportunidad muy interesante de aprendizaje. Por supuesto, hay que aprender vivencialmente. Dan mucha información cuando ya sabes algo de esto. Es decir, cuando tú ya has estudiado las plantas tocándolas, viéndolas crecer, oliendo foto. Claro, hay plantas a las que nunca tendrás acceso en tu ciudad o en tu país. Entonces, utiliza la tecnología para ver qué plantas hay en el desierto o donde sea. Pero después de haberlo hecho vivencial, porque el cerebro lo almacena mejor. A veces me gusta poner un ejemplo con ello. Cuando se aprende a sumar. Hace años, cuando yo estudiaba primaria, o EGB, como se decía entonces, los libros para aprender a sumar ponían: "Dos más dos igual a cuatro". Bien. Luego se introdujo: "No ponemos el número dos, ponemos dos manzanas y dos manzanas, igual a cuatro manzanas ". Mucho mejor, ya no sólo es lógica y matemática o gráfico, sino que aquí entra la parte naturalística del cerebro. Ves la manzana, activas más zonas. Hay que hacer un paso más. Hay que llevar las manzanas en el aula y que las toquen. Dos manzanas más dos manzanas igual a cuatro manzanas. Así estás actuando a través del tacto. Pero, además, que las huelan, y que, al final, se las coman. Estás activando muchísimas más zonas que con dos simples números que estás sumando. Y esto se puede extrapolar a todo. Hola, David, mi nombre Yolanda. Soy educadora y acompañante especialista en inteligencia emocional Se escucha en muchos ámbitos lo del fracaso escolar. Y mi pregunta es, ¿qué opinas tú? Somos nosotros más inteligentes o menos que nuestros abuelos en su momento? Lo primero que diría es que el fracaso escolar no existe. En todo caso existe el fracaso del sistema. El fracaso escolar no existe. Ningún niño ni niña fracasa. Fracasa el sistema, que no sabe proporcionarle lo que le toca cuando le toca. Y muchas veces el problema es como evaluamos, cuantificamos su aprendizaje. Y eso es un problema. Si nosotros estamos enseñando de forma transversal y contextualizada y evaluamos con un examen de preguntas tipo test, esto es absurdo. El cerebro no está preparado para ello. De acuerdo? Si estamos enseñando a través de aprendizajes cooperativos, que es otro tema muy interesante, por qué evaluamos individualmente? No. Se debe evaluar también cooperativamente. Que es como el cerebro ha aprendido. Por lo tanto, el fracaso escolar es el fracaso del sistema. Esto por un lado. Por otro, somos más o menos inteligentes que nuestros abuelos? Somos exactamente igual de inteligentes, ni más ni menos. La inteligencia es la capacidad que tiene nuestro cerebro de adaptarse al entorno. Nuestro cerebro se adapta a nuestro entorno y el de nuestros abuelos se adaptó a su entorno. Ahora, a mí me dan una azada para ir a plantar, y no sabría ni por dónde empezar. Soy menos listo que mis abuelos, que sí sabían cómo hacer un huerto? No, su cerebro se adaptó a su entorno y mi ha adaptado a otro entorno. Y las nuevas generaciones se adaptan a un entorno diferente. En algunos aspectos, son más rápidos que nosotros. En la tecnología digital cualquier joven es más rápido que yo. De acuerdo? Y en otros aspectos no. David, estás hablando todo el tiempo de conexiones, contextualizar ... Me gustaría que intentaras aportar algo desde la neurociencia en cuanto a la mejora de trabajar por proyectos o trabajar de forma contextualizada en relación a trabajar de manera más compartimentada, por asignaturas. Porque, aunque a día de hoy, la mayor parte de los currículos lo separan todo en áreas o asignaturas, cuando en realidad, en la vida cotidiana, no nos encontramos las cosas compartimentadas. No sé desde la neurociencia como ... Sí, es cierto. Los currículos lo compartimentan todo porque es la manera fácil de hacerlo. Y la vida no es compartimentada. Nunca hacemos algo aislado del resto del mundo. Cómo hacer un aprendizaje más contextualizado o más transversal? El primero sería flexibilizar los horarios. ¿Por qué una hora de matas, una de lengua y una de ciencias? Mezclamos los mismos. Mezclamos hacernos los profesores, mezclamos los alumnos, y que se trabaje de forma paralela. Antes hablaba del ejemplo de sumar manzanas y luego te las comes. Llevado a alumnos de más edad, de una secundaria. ¿Por qué, por ejemplo, no estudiar el movimiento parabólico en Física junto con el profesor de Educación Física? Bajas en el patio ... Este día, en vez de tener el móvil apagado, todos con el móvil encendido y grabando. Haces tiros libres a canasta. Es un tiro parabólico. El gravas, a cámara lenta el reproduces, y con el movimiento y sabiendo el peso de la pelota y la gravedad, puedes calcular qué fuerza ha hecho lo que ha metido el balón en la canasta, lo que no ... Esto es más contextualizado. Porque no vamos por el mundo estimando tiros parabólicos balísticos de un proyectil que nunca en tu vida has visto y no llençaràs. Por suerte. En cambio, una pelota o una cesta, sí, lo has hecho muchas veces y lo seguirás haciendo. El trabajo cooperativo, que es lo que se suele utilizar, el más útil en un proyecto, es crucial para el cerebro. El cerebro, decía, integra muy bien todo lo que activa muchas áreas del cerebro. Estar en sociedad, estar con otras personas, activa prácticamente todo el cerebro. La activa prácticamente todo porque es el más exigente. De hecho, estar con otras personas es lo que más energía consumo. Tienes que estar pendiente de los demás, de sus intenciones, de sus emociones, de su estado emocional, de que te pueden aportar a ti para sacar provecho, de que puedes aportar tú. Porque si no aportas nada, te echan. De mantener tu individualidad pero, al mismo tiempo, integrarla en un colectivo. El trabajo cooperativo incluye todo esto. Permite almacenar mejor ... No más datos, sino más calidad de los datos que almacena. Aquí viene otra discusión interesante: cantidad de información versus calidad. Debemos priorizar la calidad de la información. Sucede que el trabajo cooperativo también debe entenderse bien. Trabajar cooperativamente no es todos alrededor de una mesa haciendo lo mismo. Esto es todos alrededor de una mesa haciendo lo mismo. El trabajo cooperativo es: todos nos planteamos un objetivo común y cada uno aporta una parte ligeramente diferente sobrepuesta, complementaria a la de los demás. para lograr este objetivo común. Esto hace que cada uno se sienta partícipe, se sienta integrado, se sienta responsable, y valore a los demás, porque si alguien falla este objetivo no se consigue de la misma forma. Hola, David, soy la Carolina, estudiante de Educación Infantil. Me gustaría saber, desde tu punto de vista, cuál crees que es la mejor edad para empezar con un nuevo idioma? Cualquier edad es buena para empezar con un nuevo idioma. De hecho, ser bilingüe o políglota es una protección durante la vejez contra el Alzheimer. Por lo tanto, cualquier edad es buena para empezar a aprender otro idioma. Lo que cambia es la manera de aprender este idioma. Hasta los tres o cuatro años, el cerebro tiene activados unos programas genéticos y neurológicos que permiten aprender idiomas sólo por contagio. Nadie le enseña a un niño o una niña de dos años o un año a hablar. Aprende por imitación, por contagio. Como máximo corregimos algún sonido que no hace bien. Pero aprende por contagio. Y puede aprender varios idiomas simultáneamente. Dos, tres, cuatro ... Y los distinguirá desde el primer instante. Quizás si aprende más de una lengua simultáneamente ... Los que somos bilingües, hemos aprendido dos idiomas simultáneamente, tardas un poco más en lanzarte a hablar. 15 días más. O sea, insignificante. Y cuando empezamos a hablar, distinguimos perfectamente los dos idiomas. No los mezclas, el cerebro los ha incorporado ambos. A partir de los cuatro años, esta posibilidad se cierra para siempre. Ya nunca más podrás aprender idiomas por contagio. Hay excepciones, personas especialmente dadas a los idiomas que pueden siempre, pero son los menos. A partir de ahí, hasta los 11 o 12 años, el aprendizaje de un idioma pasa por el juego. Debe ser jugando, viendo películas en el idioma que corresponda. Debe ser un aspecto que no implique poner los codos para estudiar pero más elaborado que un simple contagio. De acuerdo? Cualquier idioma puedes aprenderlo también de esta forma. Y a partir de los 11 o 12 años, ya puedes aprender idiomas poniendo codos. Básicamente porque el cerebro ya está capacitado para hacer conexiones nuevas en la zona que gestiona el lenguaje por simple estudio. No quiere decir que no sea más agradable hacerlo también a través de películas o canciones. En esta etapa intermedia, una de las herramientas más útiles es la música. La música activa emociones siempre. Emociones, ya he dicho, que facilitan cualquier aprendizaje. Por lo tanto, aprender idiomas cantante, aprender idiomas bailando, aprender idiomas jugando, es la forma como se debe hacer. No hay edades, sólo hay estrategias diferentes. Y que nadie tenga miedo de aprender muchos idiomas. Ya lo decía, protegen contra enfermedades neurodegenerativas, pero además se ha visto que las personas que son bilingües, o más, políglotas, les es más fácil tomar decisiones. Las personas monolingües son más lentas ... No más lentas, perdón. Son más rápidas tomando decisiones, pero aciertan menos veces. Por un motivo, es simple entrenamiento. Una persona bilingüe, aunque tú no te des cuenta, su cerebro está constantemente decidiendo en qué idioma me hablan y en qué idioma tengo que responder. Por lo tanto, la zona de toma de decisiones está muy trabajada. Una persona monolingüe no. Responde más rápido porque sólo tiene una vía de respuesta. Pero acierta menos, porque no está tan trabajado para tomar decisiones. Por lo tanto, sería bueno que todos fuéramos, como mínimo, bilingües. Es igual los idiomas. Hola, David, soy María. Trabajo de orientadora en un centro escolar. Yo tenía una duda, sobre todo en el ámbito ... Actualmente estamos en una sociedad muy competitiva. Los padres y las madres nos están exigiendo en todo momento cuando los niños deben aprender, como dice mi compañera, una lengua. E insisten mucho a qué edad aprenderán los niños a leer y escribir. Yo te preguntaría por esta cuestión. Te preguntaría cuál es la mejor edad para adquirir la lectoescritura y para que los niños empiecen a trabajarla en el aula. La diversidad de cerebros y la diversidad en la que va madurando el cerebro, es enorme. No se puede decir cuál es la mejor edad. Hay un intervalo. Lo normal es poder empezar a leer a partir de los cuatro años. El currículo actual prevé que sea sobre los cinco. Así cuando los seis empiecen primero de primaria, ya pueden leer frases simples. Pero hay mucha diversidad. Hay algunas niñas y niños que con tres años pueden aprender. Y otros que hasta los seis o siete su cerebro no ha madurado lo suficiente para aprender a leer. Leer es muy bestia por el cerebro. Exige mucho. Exige tener un dominio de la lengua oral. Esto a partir de los tres o cuatro años, la mayor parte de personas tienen. Pero, además, implica tener a punto la maduración ... No que haya madurado, pero que pueda empezar a madurar la zona de abstracción del cerebro. Porque el lenguaje escrito es abstracto. Un palet vertical del que salen tres palets horizontales lo llamamos "E mayúscula" por convenio. Por sí mismo, este símbolo no lleva ningún sonido asociado. Esto es abstracción. El problema no es empezar a los tres o los seis. El problema es forzar la máquina más allá de sus límites. Si tú obligas a un niño de cinco años a leer y su cerebro no ha madurado, no aprenderá a leer. Lo único que conseguirás es que asocie leer a incomodidad. Me obligan a hacer algo, y yo sólo veo palets que se mueven. De acuerdo? Bueno, pues muchas gracias por haber compartido este rato. Yo os invito a tener charlas de éstas, a seguir trabajando en temas de educación y neurociencia, ya no dejar de preguntar y de preguntaros, y de preguntarme cosas. Muchas gracias por haber venido.
