***✨ EL CAMINO DEL SANADOR ✨***
No es un camino que elijas, es un camino que te llama, a veces en medio de tus heridas, a veces en el corazón de un colapso.
Comienza donde tus cicatrices se encuentran con la luz. Donde pensabas que era tu debilidad
conviértete en tu fuerza.
Ser un sanador no se trata de salvar, o de llevar el mundo sobre tus hombros. Es aprender a ser un canal, a dejar fluir lo que sana sin querer poseer ni sostener.
El curandero camina primero en su propia noche. Se enfrenta a sus sombras, recibe a sus demonios, abraza sus lágrimas. Porque nadie puede guiar en la oscuridad a menos que haya aprendido a ver claramente.
En su camino, descubre la humildad: sabiendo que es sólo un instrumento en manos de alguien mayor que él mismo.
Aprende el silencio porque es en silencio.
Deja que la Fuente hable.
Enseña el amor, no el que se une, sino el que libera.
Y poco a poco, el curandero se convierte en puente:
entre la tierra y el cielo, entre dolor y paz,
entre el olvido y la memoria del alma.
Porque curar no se trata de borrar las heridas, sino de darles sentido otra vez. Es reconocer en cada ser la misma chispa que arde dentro de ti.
Este es el camino del sanador:
Un camino solitario y sagrado, hecho de caídas y renacimientos, dudas y revelaciones,
hasta que nos demos cuenta de que no sanamos a otros... Solo recordarles
que siempre han llevado la luz.
Así que, para ti que lees estas palabras, recuerda:
el camino del sanador no es un destino, es una danza con vida, un respiro entre sombra y luz.
Cada paso, incluso temblando, es una ofrenda al cielo. Cada lágrima derramada es una semilla de amor sembrada.
Nunca estás solo en este camino. Las estrellas te reconocen, la tierra te acompaña, y tu alma ya sabe a dónde ir.
Sigue adelante alma hermosa en el camino, tu luz hace falta en el mundo. Y cuando dudas,
Descansa en este simple recuerdo:
naciste para amar, y eso ya es para sanar.