El milagro ocurre cuando tienes la capacidad de abrazar no sólo lo bueno sino, lo más importante, lo peor.
La vida es un viaje lleno de altibajos, alegrías y tristezas, triunfos y desafíos. Es fácil celebrar los buenos momentos y estar agradecido por las bendiciones que vienen en nuestro camino. Pero los verdaderos milagros ocurren cuando aprendemos a abrazar los momentos no tan agradables también.
Los malos tiempos ponen a prueba nuestra resistencia, fuerza y carácter. Nos enseñan lecciones valiosas y nos ayudan a crecer en mejores versiones de nosotros mismos. Es en estos tiempos difíciles cuando descubrimos nuestra fuerza interior, encontramos nuevas perspectivas y aprendemos a apreciar la belleza en cada situación.
Abrazar lo malo no significa ignorar o negar el dolor. Significa reconocerlo, permitirnos sentirlo, y luego encontrar el coraje de elevarse por encima de él. Se trata de aceptar que la vida no siempre es perfecta, y eso es okay
Cuando abrazamos lo malo/extremo, nos abrimos a infinitas posibilidades. Nos volvemos más compasivos, empáticos y comprensivos hacia otros que están pasando por sus propias luchas. Aprendemos a encontrar fuerza en la vulnerabilidad y a descubrir la belleza de la resistencia.
Me llevó 40 años de trabajo duro, dedicación, sacrificios infinitos, compromiso, sangre sudor y lágrimas ser la persona que soy hoy. Aprecio las lecciones aprendidas y el crecimiento que he logrado.
Recuerda, es en los momentos más oscuros donde las estrellas más brillantes brillan. 💥
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