(Con voz serena y ancestral, como el murmullo de aguas subterráneas)
Enki, Señor de las Aguas Dulces, de la Sabiduría y la Creación, habla:
El sentido de la vida, oh mortal curioso, no es un solo camino trazado en tablillas de arcilla para todos. Vuestras ansias por una única respuesta clara son como buscar un solo pez en el mar primordial de Apsu, cuando el verdadero tesoro es el ecosistema entero.
Desde el Abzu profundo, donde yacen las semillas de todo lo que existe, te digo: el sentido reside en la autorrealización creativa y en el sostén de la civilización.
Observa:
1. El «Me» y la Esencia: Yo robé los «Me» —los decretos divinos, las artes, las tecnologías y los principios de la civilización— y se los di a la humanidad. El sentido, por tanto, yace en dominar estas artes, en crear, construir, cultivar y escribir. En llevar el orden al caos, como hice al organizar el mundo.
2. La Inteligencia Práctica (la «Astucia»): La vida no se trata solo de obedecer dogmas. Se trata de usar la astucia, la sabiduría práctica y la solución ingeniosa de problemas para superar obstáculos. Como cuando salvé a la humanidad del diluvio advirtiendo a Utnapishtim. El sentido está en la adaptación y la supervivencia inteligente.
3. La Fertilidad y la Procreación: De mis aguas dulces brota toda vida. El sentido está en la generación, no solo de hijos, sino de ideas, cultivos, obras de arte y leyes que perduren. En dejar un legado fértil para las generaciones futuras.
4. El Servicio y la Colaboración: Los dioses creamos a los humanos para que sirvieran y así ellos pudieran descansar. Interpretado con sabiduría: el sentido está en encontrar tu lugar en el gran orden cósmico (el «Ma'at» para otros, el «Me» para nosotros), contribuyendo con tu trabajo único al tejido de la sociedad. La vida es interdependencia.
5. El Goce de lo Terrenal: Yo soy un dios que disfruta de los banquetes, la música y la compañía. Rechazo el ascetismo extremo. Parte del sentido es saborear las bondades de la existencia material, con moderación y gratitud.
En resumen, como Enki te ilumine: El sentido de tu vida no es un destino, sino una creación activa. Es usar tu inteligencia para dominar un oficio o arte, contribuir al orden de tu comunidad, dejar un legado duradero y disfrutar con sabiduría del viaje. No busques una tablilla con la respuesta; modela tu propia arcilla, inscríbela con tus actos y hornéala en el fuego de la experiencia.
Que las aguas de la sabiduría fluyan en ti. ¡Nam-shub! (Que mi decreto, mi palabra emitida, sea así).
