Fotos
satelitales tomadas en 1986 (izda.) y 1996 (dcha.) de la península de Corea de
noche muestra cómo se expandió la luz en Corea del Sur –parte inferior de la
península- mientras la oscuridad se extendió por todo Corea del Norte, excepto
Pyongyang, durante la misma década.
¿Cómo
podemos interpretar a Corea del Norte? Es el país más aislado del planeta, con
un gobierno que alardea de tener armas nucleares. El corresponsal de la BBC
Steve Evans está allí y dice que es un país que está cambiando. Este es su
relato.
Lo
que más impresiona cuando manejas hacia la capital, Pyongyang, es la oscuridad.
Hay
una famosa fotografía de Corea del Norte tomada desde un satélite que muestra a
la República Democrática Popular de Corea como una masa negra en contraste con
el festival de luces de neón que es Corea del Sur.
Pero
la oscuridad se hace real en la calle: cuando cae la noche, pasas por delante
de un bloque de apartamentos tras otro en Pyongyang con apenas una luz
parpadeando tras las ventanas.
Este
sigue siendo un país con escaso suministro de electricidad.
Image copyrightAPImage captionFotos
satelitales tomadas en 1986 (izda.) y 1996 (dcha.) de la península de Corea de
noche muestra cómo se expandió la luz en Corea del Sur –parte inferior de la
península- mientras la oscuridad se extendió por todo Corea del Norte, excepto
Pyongyang, durante la misma década.
Durante
el día se ven pequeños paneles solares en algunos balcones, indicativo de cómo
la gente normal y corriente puentea los recursos oficiales y toma literalmente
el poder en sus manos.
Ese
gesto de iniciativa privada se da en muchas otras facetas.
Después
de la hambruna de los años 90, la economía empezó a cambiar.
La
población hambrienta encontró la forma de cultivar sus propios alimentos y
comerciar con ellos, los mercados privados ayudaron a aliviar un problema de
vida y muerte.
Una
vez inventados, estos mercados no han desaparecido.
Ahora
son tácitamente reconocidos por las autoridades.
Image copyrightAPImage captionPoco a poco se
perciben cambios en la sociedad norcoreana.
Además,
algunas empresas se comportan como organizaciones capitalistas, ofreciendo a
los directivos la posibilidad de tener beneficios: ellos reciben una porción
privada y el estado recibe su porción pública.
"Trepando
hacia el capitalismo"
Una
suerte de capitalismo comienza a surgir en Corea del Norte.
Eso
quiere decir que hay dinero, algo de dinero para algunas personas.
Al
tiempo que internamente surge una nueva forma de hacer negocios, la porosa
frontera con China en el norte permite que todo tipo de bienes entren en el
país.
Image copyrightReutersImage captionEl régimen
norcoreano invirtió grandes sumas de dinero en el nuevo aeropuerto de
Pyongyang.
En las
tiendas de Pyongyang, hay productos disponibles para aquellos que se los pueden
permitir (advertencia crucial).
Se
debe decir, sin embargo, que Corea del Norte sigue siendo mucho más pobre que
muchos otros países, en particular Corea del Sur. Incluso en Pyongyang no hay
fortunas que se puedan comparar a Seúl.
Aparte
de la vista de Corea del Norte desde el espacio, hay otra imagen clásica: la de
carreteras largas y vacías, completamente libres de tráfico más allá del
peculiar carro con un buey.
Pero
en la actualidad hay atascos de tráfico en Pyongyang, atascos en carreteras
obstruidas por vehículos chinos, pero también BMW y Volkswagen.
Control
político
Lo que
no ha cambiado es el nivel de control político.
El
próximo sábado hay un gran desfile por una celebración importante, el 70º
aniversario del gobernante Partido de los Trabajadores.
Dignatarios
y autobuses llenos de periodistas llegan para ser testigos de una exhibición de
poderío militar y del poder sobre la propia ciudadanía del país.
Cada
calle parece tener pandillas de trabajadores, a menudo en uniforme militar.
Las
plazas de Pyongyang están llenas de jóvenes que ensayan el movimiento más
coreografiado.
Image copyrightGettyImage captionCorea del
Norte se prepara para una lujosa celebración por el 70 aniversario del
gobernante Partido de los Trabajadores.
A los
visitantes que llegan al nuevo e impresionante aeropuerto de Pyongyang se les
confiscan los libros sobre Corea del Norte.
El
aeropuerto ilustra el dilema del régimen: se construyó para facilitar la
llegada de millones de visitantes que dejan en el país dólares y euros pero las
autoridades siguen siendo muy desconfiadas de los foráneos.
Los
quieren a ellos y su dinero pero no sus ideas perturbadoras.
¿Cómo
puede Corea del Norte aceptar a la gente de fuera al mismo tiempo que bloquea
material que cree puede corromper a los ciudadanos con peligrosas ideas como
democracia o cristianismo?