El escritor alemán Günter Wilhelm Grass falleció el lunes 13 de abril de 2015 a los 87 años de edad en un hospital de Lübeck, en el norte de Alemania.
Considerado el más importante escritor en lengua alemana de la posguerra y un referente político en su país, Grass alcanzó fama mundial con la publicación de su novela “El tambor de hojalata“, en 1959. Cuarenta años después, en 1999, recibió los dos más prestigiosos galardones del ámbito literario mundial, el Premio Nobel de Literatura y el Príncipe de Asturias de las Letras.
Su obra estuvo siempre vinculada al debate y a cierta polémica. Desde “El tambor de hojalata“, por el cual tuvo que comparecer ante los tribunales acusado de pornógrafo, hasta “Pelando la cebolla“, en la que desató un escándalo al revelar por primera vez que había sido miembro de las SS a los 17 años, Grass generó polémicas y polarizaciones.
Nacido en 1927 en la ciudad báltica de Danzig (actualmente Gdańsk, en Polonia), se hizo escritor después de haber recibido una sólida formación como escultor y dibujante, pero nunca llegó a acabar el bachillerato y se convirtió en un verdadero modelo de autodidacta: lector, amante de la Historia y con un gran conocimiento de los autores alemanes. La vida de Günter Grass no se puede entender sin la II Guerra Mundial. Él mismo contaba que su infancia acabó en el momento en que oyó las andanadas de un navío de línea, el vuelo de los bombarderos y los disparos de los carros blindados.
Con un estilo marcado por influencias tan dispares como Alfred Döblin o François Rabelais, los hermanos Grimm o Jean Paul,Grass dejó en más de medio siglo de actividad una rica obra de géneros tan diversos como drama, lírica, piezas de ballet, aforismos, ensayos, novelas y autobiografía, además de esculturas, dibujos y pinturas. Entre sus libros,mucho de ellos publicados en Español por la editorial Alfaguara destacan “El gato y el ratón” y “Años de perro“, que junto con “El tambor de hojalata” constituyen la denominada Trilogía de Danzig; así como “El rodaballo“ (1977), “En el cuarto trasero” (1982), “Un vasto campo” (1995), “A paso de cangrejo” (Entrevista YouTube), “Últimas danzas“, novela que publicó en 2003; “Mi siglo”, una recopilación de sus reflexiones sobre cada uno de los años del siglo XX, incluida una sobre el bombardeo nazi de Gernika en la Guerra Civil, y ensayos políticos como “Alemania: una unificación insensata“.
En 2014 dio por cerrada su obra narrativa debido a su delicado estado de salud. Los últimos meses de la vida de Günter Grass han sido silenciosos y solitarios. Como predijo en una de sus últimas entrevistas, concedida a el diario El País el pasado 21 de marzo, “no ha terminado su última novela”. Su última obra publicada, “Die Box” (“La caja de los deseos“) en 2008, fue una novela autobiográfica que terminó enemistándolo con media Alemania.
Es imposible disociar la figura de Grass de la política y el compromiso social, convencido de la identidad entre escritor y ciudadano y de que la literatura, si bien no puede cambiar a las personas, puede ayudar a construir a largo plazo una sociedad mejor. Apenas hubo un tema importante para los alemanes sobre el que Grass no polemizara: defendió a escritores perseguidos (Salman Rushdie), fustigó la energía nuclear, consideró “apresurada” la reunificación alemana y en 2003 publicó en la agencia DPA un artículo contra la guerra de Irak iniciada por el entonces presidente estadounidense George W. Bush. En octubre de 2012 y coincidiendo con su 85 cumpleaños, publicó además el poemario titulado “Eintagsfliegen” (mosca de un solo día) con textos sobre el envejecimiento y la muerte. Pero fue el poema titulado “Lo que hay que decir” el que levantó la última polvareda, una de esas lluvias torrenciales mediáticas a las que nos tenía acostumbrados y con las que lograba notoriedad pública y éxitos de ventas. En ese último caso se sirvió de polémicas referencias contra Israel, leídas como un canto antisemita que escandalizó a medio mundo.
Amante de la cocina, el buen vino y la familia, Grass deja con su muerte un vacío cultural al que es difícil encontrar paralelos en la historia de la Alemania moderna tras la guerra.
Fuente: Algun dia en alguna parte