Vivimos en un
mundo de apariencias, y los que dirigen la educación superior así lo perciben y
lo asumen, y quizás por eso se preocupan tanto por promover la simulación, como
si tuvieran un profundo amor por el teatro, sin entender que el teatro va mucho
más allá de la simulación y de las apariencias. Vivimos en un mundo quebrado,
decía, roto, separado, disperso, y quizás por ello, algunos sentimos este
impulso hacia el encuentro, hacia la exaltación de aquellas partes que yacen
separadas y que debemos recuperar, rescatar, integrar (Porter, La Universidad
de papel).
Enlace del libro
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papel