La pregunta correcta entonces es ¿qué busca los EEUU en La Habana?: Un medio para estabilizar un espacio internacional (Mires,¿Qué busca los E.E.U.U. en la habana?).
La apertura de Estados Unidos a Cuba no contribuirá en lo más mínimo a la liberalización política de la isla (Castañeda,Obama en cuba).
El discurso de Obama es humillante para la libertad y una concesión al lenguaje castrista (Lechin,Mosca cazando aguila).
¿Cómo te imaginas el
poscastrismo, ahora que Raúl Castro dice que se retirará en 2018, y Fidel
Castro está a punto de cumplir 90 años? “Me lo imagino como la fórmula
(rotativa) de Vladimir Putin y Dmitry Medvedev”, “El poder real va a seguir en
manos de la familia Castro, y sus allegados más comprometidos” (Oppenheimer,El impacto de Obama en Cuba).
Una perfecta comunidad de
intereses. Bueno, casi perfecta. Porque a Obama lo mueve la búsqueda de un
legado personal y a Cuba los intereses de un régimen (Vargas,Rumbo a La Habana).
Así es que cantemos en Cuba con los Rolling Stones,
admiremos los diseños de Chanel en el desfile en el Paseo del Prado, gocemos
con los Tampa Bay Rays y aplaudamos al presidente Obama cuando dé su histórico
discurso en La Habana. Pero antes, recordemos ( Schvindlerman, Requiem por la Habana).
Como el primer presidente estadounidense en visitar Cuba en
88 años, el viaje de Obama será histórico. Sin embargo, si no denuncia la
dictadura racista y marxista y pide la liberación del pueblo cubano, el viaje
pasará a los anales de la infamia. Esperemos que no sea así (O’grady, Lo que hay detrás de la visita de Obama a La Habana).